viernes, 22 de abril de 2016

Amia, Nisman y Borges, o El Laberinto, o Funes el memorioso

Dr. Juan Carlos Pacífico,
Encargado del Registro
Seccional Pergamino Nº 2
El Dr. Juan Carlos Pacífico Annan es Encargado Titular del Registro de Pergamino Nº 2 y permanente colaborador de nuestra publicación; a veces con crónicas de ficción, a veces con artículos que tratan la problemática nacional e internacional. En este caso, Juan Carlos imbrica su pasión por la literatura con su interés en el análisis de la actualidad. Una muy original forma de abordar sucesos que atraviesan la realidad de nuestro país. Pero vamos sin más prefacio a la lectura de su texto:

"Jorge Luis Borges (1899-1986) es el autor argentino más conocido en el mundo, sus textos se estudian permanentemente, sus lúcidas reflexiones nos perseguirán por siempre y de él se hablará, seguramente, por siempre .
Era profundamente argentino a pesar de su iniciación en el lenguaje inglés por su abuela británica, y su vastísimo conocimiento de la literatura inglesa; y me atrevo a definirlo con ese ropaje argentino porque son memorables sus poesías sobre Buenos Aires o el acertado conocimiento de la época de los compadritos y el tango siempre presente, siempre vigente. 
Tenía obsesiones: los espejos, los tigres, el tiempo circular, los sueños, la cábala, la memoria, los olvidos y el laberinto: “No habrá nunca una puerta. Estás adentro…” Así comienza la poesía justamente llamada "Laberinto" que en toda su extensión posee una belleza única con un final impiadoso: “Nada esperes. Ni siquiera. En el negro crepúsculo la fiera” 

 

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Claro que él se refería al mito del laberinto de Creta a Perseo, Adriadna y el Minotauro. 
Borges no imaginó que su obra literaria podría ser utilizada para describir circunstancias fácticas presentes, es que su visión de la realidad fue tan clásica que al ficcionalizarla, al darle formas literarias constituyó una herramienta útil para enancar lo actual. Estamos dentro de un tema sin puertas a la vista y sin esperar en el final ni siquiera la verdad . 
El caso Amia, la muerte de Nisman, la denuncia contra la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el pacto con Irán, el pacto de las potencias occidentales con Irán, la guerra no declarada entre Israel y el Hezbolah que tuvo su repercusión aquí con el atentado, la alianza que en su momento (década del noventa) se tejió con EEUU, la conformación en el 2004 de la Fiscalía Amia y al designación del Fiscal fallecido a su frente; conforman la estructura basal sobre las que se asienta el laberinto en el que es tema se encuentra . 
Cierto es que la complejidad del asunto, las implicancias internacionales, los intereses locales conjugados con un sistema de justicia que no está preparado para dilucidar estas cuestiones con raíz internacional tapizan un camino con obstáculos mayúsculos .
Todos y cada uno de los vectores mencionados enhebran un tapiz difícil de poder entender para los ciudadanos que sí quieren saber la verdad, lo que realmente pasó, lo necesitamos imperiosamente, la verdad debe aparecer, lo merecemos .
Se está ciertamente en un punto sin retorno donde la luz de la verdad está cegada a cal y canto, las investigaciones sobre la muerte del Fiscal no avanzan y el mismísimo Presidente de Nuestra Corte Suprema declara, sin tapujo alguno, sobre la aberración que significa no llegar a la verdad a pesar del tiempo transcurrido desde su muerte. El futuro no es prometedor, el futuro está cubierto por una niebla densa que no deja pasar la luz y pareciera que esa verdad que se escurre entre los dedos será arrinconada en un cajón pestilente que no se abrirá .
Ojalá que los actores del sistema judicial y político cambien esta percepción tan acentuada entre los ciudadanos comunes y que en algún momento esa verdad aparezca en todo su esplendor y los causantes de tanto daño y tanta muerte sean juzgados como corresponde y como debieran .
Corolario: Me nutro de Borges, ahora con su cuento estelar: Funes el memorioso, para cerrar este opúsculo que solo pretende hacernos pensar y buscar, afanosamente la verdad . 
Funes el personaje de cuento no podía aprehender, recordaba vívidamente cada circunstancia de su vida y las cosas que apreciaba a través de los sentidos pero ese memorioso al no poder discernir no distinguía la verdad no llegaba nunca a ningún juicio de valor; es lo opuesto a lo que necesitamos deberíamos ser la contracara, que todos los datos volcados sean arietes que nos permitan pensar y poner en funcionamiento nuestra razón crítica porque para conocer es necesario buscar, encontrar los elementos que nos indiquen el camino recto".
Juan Carlos Pacífico Annan
Otros de sus textos en Panorama:
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